Costaba volver al cole. ¡Vaya que si costaba! Sofía bajó la escalera hasta la cocina de su casa, con la mochila al hombro y arrastrando los pies.
- Buenos días, Sofi - le dijeron sus padres.
- ¿Qué tienen de buenos? ¡Hoy empiezan las clases!
- ¿Y no te apetece volver?
- ¡No, claro que no! - protestó Sofía. Tengo que decirle adiós a la playa y hola a los deberes, adiós a las excursiones con los primos y hola al despertador. ¡Es horroroso!
Mientras Sofía seguía con la lista de quejas, en la cocina apareció su hermana Lucía.
- ¡Buenos días a todos!, exclamó alegremente.
- ¡Anda Lucía, tú sí que pareces contenta! - dijo su madre.
- ¡Claro! Hoy empieza el cole. Adiós a echar de menos a mis amigas y hola a estrenar lápices en mi estuche, adiós a hacer el vago y hola a aprender cosas interesantes, adiós a las siestas aburridas y hola al recreo. ¡Es maravilloso!
Sofía oyendo a su hermana, empezó a pensar que volver al cole tenía sus ventajas.
Lucía siguió diciendo:
- Venga Sofi, anímate, tenemos muchísimas cosas que descubrir hoy: si Adriana está más alta que nosotras después del verano, si viene algún compañero nuevo o alguno se ha ido, qué profe de inglés va a tocarnos o si por fin han arreglado nuestros pupitres.
- ¡Es verdad! - dijo Sofía convencida - ¡Vamos a darnos prisa para coger el autobús, que empieza la gran aventura del primer día de colegio!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario